El nombre de 'Beken of Cowes' corresponde a la más duradera y prestigiosa saga familiar de fotógrafos de náutica del mundo. Desde 1888 y a lo largo de cuatro generaciones se han dedicado a retratar los veleros más bellos jamás construidos. Ahora, una selección exclusiva de las mejores imágenes de la vela de finales del siglo XIX y principios del XX desembarca por primera vez en España como parte de la cuarta edición de SAIL in Festival (2-5 de marzo, Bilbao). Esta es la historia de una dinastía que capturó un siglo de navegación:
Todo empezó en 1888, cuando el químico y fotógrafo inglés Alfred Edward Beken (1855-1915) se trasladó de Canterbury, en Kent, a la Isla de Wighty abrió una farmacia situada en el pequeño puerto de Cowes, refugio conocido entre otras cosas por el ser el punto de partida de la madre de todas las regatas: la Copa América.
El hijo de Alfred, Frank Beken (1880-1970) enseguida quedó hipnotizado por las majestuosas imágenes que veía desde la ventana de su cuarto: esbeltos y modernos veleros de regata a los que decidió ir capturando con su primera cámara fotográfica. Tras varias sesiones a bordo de pequeñas embarcaciones, quedó de manifiesto que sus cámaras y su material no estaban preparados para las inclemencias de ese medio hostil, húmedo y movido que es el agua.
En 1913, Frank diseñó y construyó un nuevo modelo de cámara para tratar de atrapar toda la belleza de los veleros navegando a todo trapo. En lugar de los hasta la fecha habituales fuelles de lona, utilizó dos bastidores de madera; uno que encierra un sistema de lente de enfoque de rosca y un obturador, y el otro que aloja un visor. Fue, de hecho, un precursor de las cámaras de las lentes gemelas que se popularizaron posteriormente. Y lo que sí fue una revolución fue el disparador 'bucal' que ingenió: consistía en una pelota de caucho que sostenía con la boca y que le permitía tener las dos manos disponibles para sujetar la cámara con seguridad; al morder la pelota, se activaba el disparo.
Sus aportaciones a la fotografía ni acababan ahí, ya que también innovó utilizando la ventana más expuesta a la luz de su cuarto, convirtiendo la estancia en una "ampliadora de luz diurna" que le permitía hacer impresiones vendibles de sus negativos. Como resultado, la Farmacia Beken comenzó a vender estas fotografías junto con sus medicamentos y perfumes. Las primeras fotografías de Frank Beken recaudaron más de 1.000 libras en las subastas de Londres.
Con la residencia de la Reina Victoria cerca de Osborne, no era extraño ver a la realeza y su largo séquito de nobles y personas influyentes por la zona, convirtiéndose además en fieles clientes de la farmacia familiar. En 1914 Beken adquirió la colección Alfred West (de Southsea), compuesta principalmente por negativos de placas de vidrio, en su mayoría a tamaño de 12 por 10 pulgadas, y así fue aumentando una colección que empezaba a ser numerosa gracias al imparable trabajo de Frank.
El hijo de Frank Beken, Keith (1914/2007) siguió los pasos de su padre y retrató la década de los 30 tras su titulación y estudios de química. Juntos fotografiaron la famosa y bella Clase J de la Copa América y las altaneras goletas de regatas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, patroneó un barco de rescate para la Fuerza Aérea cuya base se encontraba entre las islas de Shetland de Escocia y Cowes. Tras la contienda, Keith comenzó a experimentar con la fotografía a color a finales de 1950, época en la que nacía y explotaba un nuevo universo de regatas que llevó a inmortalizar navegaciones por el Mediterráneo, el Caribe y América del Norte.
Tras la muerte de Franck, en 1970, la familia decidió cerrar su farmacia y centrarse en el negocio de la fotografía náutica. El hijo de Keith, Kenneth, se unió a la renombrada compañía 'Beken of Cowes' para convertirse en el cuarto fotógrafo de la dinastía. Otros 20 años cubriendo eventos que van desde la vela ligera hasta la Copa América pasando por carreras de motoras offshore. Keith se retiró de la fotografía en activo a mediados de la década de los 90 tras sacar la famosa foto del Clase 12 Metros 'Silk II' en el Solent, clavando medio barco dentro del agua con el spi arriba y la pala a 90 grados del agua. Él, a la pregunta recurrente de cuál era su fotografía preferida, siempre contestaba "la que sacaré mañana". Hasta que sacó ésta y se retiró.
Frank, Keith y Kenneth han sido galardonados en muchas ocasiones por la Royal Photographic Society y han recibido órdenes reales de la reina Victoria, Jorge V y del príncipe Felipe, duque de Edimburgo.
Durante más de 40 años Beken ido ha publicado sus famosos calendarios(desde 1973) y más de 20 libros. Aún hoy, sus fotografías decoran paredes de palacios, casas, barcos, clubes de vela, museos, oficinas, buhardillas, restaurantes, pubs y aseos de medio mundo.