Llegó al País Vasco desde Extremadura con 20 años para trabajar en un banco, pero se enamoró de la fotografía. Ricardo Martín se convirtió en el retratista oficial de San Sebastián desde 1915 hasta su muerte, en 1936. Ahora un libro recoge su trabajo y le rinde homenaje. Por Lourdes Gómez
Tarde en las carreras
La Primera Guerra Mundial benefició a San Sebastián. Mientras Francia y Bélgica se desangraban, España permanecía neutral. Así que cuando los europeos cancelaron sus espectáculos y cerraron sus hipódromos, Donostia decidió construir el suyo. Fue en un reclamo para las clases altas, y Martín pasó a ser el fotógrafo de caballos y grandes fortunas.
Pintar una época
Ricardo Martín fue un todoterreno de la fotografía. Lo mismo cubría los eventos políticos y de sociedad que los accidentes, como este de la imagen. el hundimiento de un barco en el puerto de Pasaia en 1919. También fue el primero en fotografiar la costa vasca desde un aeroplano.
Las alegres chicas de la Concha
Martín recorría las playas y los barrios buscando a veces tan solo simpáticos testimo-nios gráficos, como estas bañistas en la Concha. Sus instantáneas se publicaban en prácticamente todos los periódicos vascos de la época.
La fiebre del deporte
En el periodo de entreguerras surgió el deporte como fenómeno social. No solo el fútbol, que Marín seguía desde que en 1910 tomó la primera foto de un equipo llamado a convertirse en símbolo de la ciudad. la Real Sociedad; también la natación, el tenis, el ciclismo y el baloncesto.
El vértigo de la velocidad
El otro fenómeno en San Sebastián eran los coches, y Martín también lo cubrió. El circuito automovilístico de Lasarte acogía a las grandes escuderías mundiales y en él corrían los mejores pilotos. Eso desató la pasión por las velocidades ‘supersónicas’ en toda la ciudad.
Famosos en el coso
Por San Sebastián pasaban célebres escritores, actores, artistas… Además de los nacionales, como Azorín, Sorolla y Baroja, habituales de sus calles y sus costas, también estuvieron Buster Keaton, Josephine Baker y Charlie Chaplin, en la foto asistiendo a una corrida de toros.
Antes de la guerra
Ricardo Martín creó su propio laboratorio en 1915, Photo Carte, el primer estudio en utilizar la luz eléctrica en Donostia. El fotógrafo falleció con solo 54 años, unas semanas antes del inicio de la guerra civil, en 1936. Su hijo Vicente continuó con el negocio fotográfico hasta su cierre, en 1991.
PARA SABER MÁS
El libro Ricardo Martín está publicado en La colección Photobolsillo, que edita La Fábrica. La exposición sobre el fotógrafo se inaugura en la Sala Kubo-Kutxa, de San Sebastián, el 4 de noviembre.