Aclamada por el mismísimo Ai Weiwei —del que, ya de camino, recomiendo encarecidamente ver el documental sobre su persona Never Sorry—, esta fotógrafa se dedica a retrata a las mujeres que la rodean. A través de estas chicas, se autoretrata a la par que capta a toda una nueva generación de jóvenes chinas que son atrevidas y seguras de sí mismas, a la par que en cierto modo frágiles; el ser humano es contradictorio al fin y al cabo.
Lo que me interesa de su fotografía quizá no es tanto su estética, sino ese toque de honestidad, como en el retrato de la chica de abajo. Luo Yang sabe capturar el alma de sus modelos sin cuestionarlas, no se trata buscar la aprobación del mundo sino de dejar un documento visual a través del cual poder captar el espíritu de la nuevas generaciones.
Estas fotografías son parte de su serie Girls, que hace poco ha expuesto en Berlín en solitario y gracias a la cual parece que Occidente se ha dado cuenta de su existencia, no hay más que fijarse que todas las webs que hablan de ella mencionan esta exposición que tuvo lugar en mayo-junio de este año.
Las últimas fotografías que ha añadido a esta serie se han hecho enormemente virales por retratar a una chica llena de cicatrices por quemaduras que posa ante la cámara tranquila, sonriente y segura.
En un país en el que todavía, en muchos casos, las mujeres mayores de 30 no casadas son consideradas “sobrantes” (las famosas shengnvs) es importante que alguien, en este caso Luo Yang, dedique su trabajo a retratar a las pocas afortunadas que deciden expresar su individualidad en una China cambiante.
Luo Yang nació en Liaoning en 1984.
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