jueves, 10 de diciembre de 2015

El color de Robert Capa


Mujer en la playa, Biarritz, 1951
"Por favor mandadme 12 carretes de Kodachrome con todas las instrucciones; si se necesitan filtros especiales, etc., en una palabra, todo lo que debo saber. Envienmelo vía Clipper porque tengo una idea para Life". Era 1938 y el lugar China. Robert Capa se encontraba cubriendo la guerra sino-japonesa y esas palabras se las escribió a un amigo de la agencia Pix de Nueva York. Solo se publicaron cuatro de esas fotos a color que el fotoperiodista envió pero su gusto y entusiasmo hacia el color había plantado su semilla en él. En 1941 volvió a ello y durante los dos años siguientes luchó para persuadir a los editores para que compraran sus imágenes a color junto a las de blanco y negro. Una vez acabó la guerra las revistas se mostraron entusiasmadas y su demanda aumentó. A partir de ese momento Capa saldría a la calle siempre con dos cámaras.

Capa, considerado un maestro del blanco y negro, el hombre que documentó algunos de los eventos políticos más importantes de Europa del Este a mediados del siglo XX, se reinventó. Sus imágenes de los años 30 en París, la guerra civil española, la II Guerra Mundial, la posguerra europea y sus últimas imágenes de Indochina son conocidas en blanco y negro y en pocas ocasiones su obra en color ha sido incluida en retrospectivas. 

Para poner fin a ese vacío el museo parisino Jeu de Paume acoge Capa in Color, la primera exposición en Europa que rastrea los 14 años en los que el fotógrafo cultivó el color. A través de 150 imágenes contemporáneas junto a algunas publicaciones de revistas, muestra como el maestro abrazó la fotografía en color y la integró a su trabajo como fotoperiodista durante 1940 y 1950. Habilidoso en el blanco y negro el artista tuvo que innovar a mitad de su carrera y continuó con el color hasta que murió en 1954 en Indochina. Sus imágenes vaticinaban una nueva era con el dominio de la fotografía para la cobertura de la futura guerra de Vietnam en 1960. Capa in Color viene a demostrar cómo la fotografía en color renovó su visión y su trabajo ganó sensibilidad tras la guerra readaptando las composiciones y atrayendo el interés del público.

Rambaugh Family Circus, Indiana, Estados Unidos, 1949
A pesar de que algunas de las imágenes fueron publicadas en revistas y medios de la época la gran mayoría de ellas nunca antes han sido vistas. En 1941 fotografió a Ernest Hemingway en color en su casa en Sun Valley (Idaho) utilizando el color para contar una historia acerca de cruzar el Atlántico a bordo de un convoy aliado. Conocido por publicar su trabajo en D-Day empleó el color para retratar a las tropas estadounidenses.

Esas fotografías que fueron publicadas, y tan solo vistas entonces, en revistas como Holiday, Ladie's Home Journal, Illustrated y Epoca, traen al presente las vidas ordinarias y exóticas de gente de todo el mundo que muestran la diferente manera de cubrir la guerra anteriormente. No solo era hábil en la técnica sino en su compromiso y capacidad de mostrar la emoción en sus historias. El blanco y negro le permitió ir y venir entre una técnica y otra e integrar el color para complementar su trabajo y los temas que marcaron su trayectoria. Así, se ven fotografías de la Plaza Roja de Moscú en un viaje en 1947 a la URSS con el escritor John Steinbeck, los refugiados y las vidas de los nuevos colonos en Israel en 1949 hasta 1950. Incluso para el proyecto Generation X viajó a Oslo y al norte de Noruega, Essen y París para capturar la vida y los sueños de los jóvenes nacidos antes de la guerra.

Pablo Picasso jugando en el agua con su hijo Claude cerca de Vallauris, Francia, 1948
También capturó estilos de vida glamurosos como la resorts de esquí en Suiza, Austria y los Alpes franceses y el estilo vida de Biarritz y Deauville. Pero también hizo lo propio con actores y directores europeos como Ingrid Bergman en Viaggio a Italia de Roberto Rossellini, Orson Welles en Black Rose y John Huston en Moulin Rouge. Aunque tal vez una de las instantáneas más conocidas sea la de Pablo Picasso en la playa con su hijo Claude.

A través de las 150 imágenes en color se muestra la tenacidad con la que operó como fotoperiodista en un campo dominado por el blanco y negro. Esas imágenes muestran una carrera ya alejada de la guerra con pocas resonancias políticas abriéndose a una visión juguetona y próspera del mundo que demandaban las revistas. Por eso salía a la calle con dos cámaras; quería enfatizar en este nuevo medio y su desarrollo fotográfico. Porque, como dijo Robert Capa "si tus fotos no son lo suficientemente buenas, no estabas lo suficientemente cerca". 

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